¿CÓMO SE CELEBRA LITÚRGICAMENTE ESTE SACRAMENTO?
1.- EN
LA CELEBRACIÓN DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
Cuando se administra la Unción de los enfermos dentro de la Misa,
los días en que se permiten las Misas Rituales, puede utilizarse el formulario
de la Misa por los enfermos. Sin embargo, como estamos en una solemnidad que es
un domingo de Pascua, hay que hacer
las oraciones propias de este día.
Se utilizan ornamentos
blancos.
Antes
de la propia celebración de la Unción, es
necesario si el enfermo puede, recibir el perdón de los pecados mediante el
sacramento específico de la reconciliación (RUPE 160).
Se desarrollaría de la siguiente forma a
tenor del Ritual:
·
Tras la homilía, el sacerdote impone, en
silencio, las manos a los enfermos que van a recibir el sacramento.
·
Luego se hace la acción de gracias sobre
el óleo (o se bendice, si fuere necesario).
·
Entonces se unge a cada enfermo.
·
Tras las unciones, la letanía o la oración
universal, aunque sería preferible la letanía del Ritual con la oración
conclusiva sobre los enfermos.
·
Y la Misa sigue como de costumbre. Los
enfermos pueden recibir la comunión con las
dos especies.
2.-
ADAPTACIONES QUE COMPETEN AL MINISTRO (según RUPE)
40.
Teniendo en cuenta las circunstancias y necesidades de cada caso, así como los
deseos de los enfermos y de los fieles, cl ministro puede usar las diversas
facultades que se le ofrecen en la ejecución de los ritos.
a)
Primordialmente atenderá a la situación de fatiga de los enfermos y a las
variaciones que experimente su estado físico a lo largo del día y de cada
momento. Por esta razón, podrá abreviar la celebración,
b)
Cuando no haya asistencia de fieles, recuerde el sacerdote que en él y
en el enfermo está la Iglesia. Por lo tanto, procure proporcionar al enfermo,
antes o después de la celebración del sacramento, el amor y ayuda de la
comunidad, bien por sí mismo, bien, si el enfermo lo admite, por medio de otro
cristiano de la comunidad.
c)
Si, después de la Unción, el enfermo se repusiera, aconséjele con suavidad que agradezca
a Dios el beneficio recibido, por ejemplo, participando en una misa de
acción de gracias o de otra manera parecida.
41.
Por lo tanto, observe la estructura del
rito en la celebración, pero acomodándose a las circunstancias del lugar
y de las personas. Hágase el acto penitencial al comienzo del rito o
después de la lectura de la Sagrada Escritura, según convenga. En lugar de la
acción de gracias sobre el óleo, utilice una monición si le parece mejor. Todo
esto habrá de tenerlo muy en cuenta, sobre todo cuando el enfermo se encuentra
en un sanatorio y hay otros enfermos en la misma sala que, acaso, no participan
de ningún modo en la celebración.
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Monición inicial
Como cada domingo, nos reunimos en el nombre de Dios, hoy inmersos en la alegría de la Pascua, será un día especial porque nuestra celebración acogerá también el Sacramento de la UNCIÓN DE ENFERMOS. Jesús se servirá de nuestro sacerdote para acercarse al grupo de mayores o enfermos de nuestra comunidad y de esta forma aliviarlos, confortarlos y llenarlos de vida por medio de imposición de manos y la unción del óleo santo.
Dios nunca se olvida de los más débiles y hoy lo pondrá una vez más de manifiesto. Así pues, vivamos nuestra Eucaristía llenos de agradecimiento.
Y ahora todos, niños, adultos y ancianos recordemos aquello que nos une a todos: el ser cristianos y bautizados. Recordemos ahora nuestro bautismo común, recibiendo el agua de la Aspersión.
LITURGIA DE LA PALABRA
Escuchemos con mucha atención.
Rito del Sacramento:
(La celebración de la Unción tiene lugar después de la homilía (y del silencio reflexivo que haya podido hacerse a continuación).
Monición a la imposición de las manos y la Unción
Ahora, el celebrante impondrá las manos y ungirá con el óleo santo a nuestros hermanos. Son unos gestos que provienen de Jesús. La imposición de las manos es el signo del don de Dios que desciende sobre nuestros hermanos: la gracia de Jesucristo resucitado, la fuerza del Espíritu Santo. Y la unción en la frente y en las manos es el signo de la presencia de Dios en ellos, para confortarlos y fortalecerlos en el cuerpo y en el espíritu. Participemos, con nuestra oración, en la celebración de este sacramento.
Imposición de las manos
El celebrante pasa por todos los enfermos imponiendo individualmente las manos sobre cada uno de ellos. Mientras todos están en silencio. (La imposición de las manos y la unción se puede hacer por varios sacerdotes, ritual nº 164)
Acción de gracias sobre el óleo
(Se coloca en lugar visible un recipiente digno, con el óleo. Nótese que todos los instrumentos necesarios para lavarse luego las manos el sacerdote deben estar en otro lugar no visible. Una vez colocado el recipiente, el celebrante dice la oración siguiente:)
Demos ahora gracias a Dios por el óleo con el que ungiremos a nuestros hermanos. Podéis responder a cada invocación diciendo: BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.
V. Bendito seas Dios, Padre todopoderoso, que por nosotros y por nuestra salvación enviaste tu Hijo al mundo.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
V. Bendito seas, Dios, Hijo unigénito, que te has rebajado haciéndote hombre como nosotros, para curar nuestras enfermedades.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
V. Bendito seas Dios, Espíritu Santo Defensor, que con tu poder fortaleces la debilidad de nuestro cuerpo.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
V. Mitiga, Señor, los dolores de este hijo tuyo, a quien ahora, llenos de fe, vamos a ungir con el óleo santo; haz que se sienta confortado en su enfermedad y aliviado en sus sufrimientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Unción
(El sacerdote toma el santo óleo y unge al enfermo en la frente y en las manos, diciendo una sola vez):
POR ESTA SANTA UNCIÓN Y POR SU BONDADOSA MISERICORDIA TE
AYUDE EL SEÑOR CON LA GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO. +
R. AMÉN.
PARA QUE, LIBRE DE TUS PECADOS, TE CONCEDA LA SALVACIÓN + Y TE CONFORTE EN LA ENFERMEDAD. +
R. AMÉN
A continuación se recitan las letanías:
V. Tú, que soportaste nuestros sufrimientos y aguantaste nuestros dolores, Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú, que te compadeciste de la gente y pasaste haciendo el bien, y curando a los enfermos, Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que mandaste a los apóstoles imponer las manos sobre los enfermos, Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Después dice esta oración:
Oremos.
Te rogamos, Redentor nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo,
cures el dolor de este enfermo, sanes sus heridas,
perdones sus pecados, ahuyentes todo sufrimiento
de su cuerpo y de su alma y le devuelvas la salud espiritual y corporal,
para que, restablecido por tu misericordia, se incorpore de nuevo
a los quehaceres de su vida.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Se hace todo según las características litúrgicas del día correspondiente. Si es posible, algunos de los que han recibido la Unción y del grupo de visitadores de los enfermos podrían llevar las ofrendas al altar.
Y la Misa sigue como de costumbre. Los enfermos pueden recibir la comunión con las dos especies.
CONCLUSIÓN
Bendición solemne
Pidamos ahora solemnemente la bendición de Dios. Podéis responder Amén a cada una de las invocaciones.
- Que Dios Padre os bendiga.
- Que el Hijo de Dios os conforte.
- Que el Espíritu Santo os ilumine.
- Que el Señor proteja vuestro cuerpo y salve vuestra alma.
- Que haga brillar su rostro sobre vosotros y os lleve a la vida eterna.
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
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