sábado, 20 de diciembre de 2014

Pregón de Adviento

Es éste un blog atípico pues en vez de dar la información "al día", la da cuando puede...

Pero no por eso os olvida  y por eso os da este pregón de Adviento de d. Alvaro Ginel, gran catequeta.




¡Yo ya no espero nada! Me he equivocado y ya no hay salida para mí. 
Lo único que me queda es aguantar y tirar.
Yo no tengo solución.
Así hablan los desanimados,  los que reducen su horizonte a su presente, 
los que no ven más caminos que su pobre caminar…
No es que no haya caminos, 
es que dan miedo los caminos que no conocemos; 
es que da miedo salir del camino que llevamos…
En medio de la noche y del cansancio de la vida, 
en medio de la tristeza y de los llantos 
y lamentos con que contemplamos nuestra soledad 
se alza una voz,  se alza una esperanza, se alza una promesa:

Es posible lo que te parece imposible.  
Es posible llegar a la otra orilla.
Es posible recorrer caminos nuevos.  
Es posible lo que te da miedo.
Es posible vivir de otra manera.

Además de mirar tus lágrimas, ¿Por qué no escuchas tu adentro, tu corazón? 
Además de quejarte sin cesar, ¿Por qué no pones tus pies en marcha? 
Además de vivir de lamentos, ¿Por qué no escuchas el susurro del aire nuevo 
que llega de donde nadie esperaba?

Hay rayos de luz que visitan tu noche.
Hay rayos de luz que llegan sin avisar.
Ocupado de llorar te desocupas de mirar.
Ocupado en tus males (que nadie entiende y son más grandes 
que los de los demás) te desocupas de empezar.
Quizá ya tu alegría son tus lágrimas
y lloras para seguir llorando.

Mira, hay profecías que resuenan:
Nosotros somos obra de tus manos, Señor.
Nosotros somos la arcilla, tú eres el alfarero.
Dios quiere hacer de ti un vaso nuevo
si tú quieres serlo.
Álvaro Ginel

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