La ola de violencia que sacude a Siria desde marzo de 2011 no tiene visos de remitir a corto o medio plazo. Hasta el momento hay cerca de 90.000 muertes confirmadas, probablemente muchas más. Siria se desangra ante la indiferencia de la comunidad internacional. Los cristianos, en medio de este fuego cruzado, huyen ante tanta violencia y destrucción: no buscan más que la paz. La Iglesia, que es la que está sosteniendo a la población, puede desempeñar un papel importante en la consecución de la misma. Y nosotros, también podemos hacer algo desde aquí: rezar.
Recemos por los asesinados, entre ellos cristianos e, incluso, sacerdotes católicos. Por los miles de refugiados que huyen de la violencia de los fundamentalistas islámicos; Recemos también por los violentos, para que acudan al arrepentimiento y triunfe sobre ellos la paz.
Tomado de http://www.ain-es.org/campanias/oracion/detalle/?id=21
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